viernes, 1 de enero de 2010
Corre, Rocker. (15)
Esa intensidad punk rara vez cuajó en los adolescentes que estaban implicados ideológicamente en cualquier proyecto catalán de reivindicación nacionalista. Aparte de panotxa, cuyos grupos Basura y Ultratruita estuvieron muy lejos de cuajar, era difícil encontrar punks catalanohablantes. Algún miembro de Distrito V y poco más. En cierto modo era lógico. El proyecto nacionalista pedía la sustitución de un orden por otro que al usuario le resultaba más afín a sus sentimientos. Frente a eso, nuestra apuesta era por el desorden artístico. La sociedad sensata y conservadora que soñaron los vencedores de las primeras elecciones autonómicas no contemplaba esas sutilezas. Esa sociedad quería pronunciar "diversidad" y sus órganos de fonación terminaban articulando "divergencia". Su idea de la integración era repartir cuotas, crear una bolsa de conjuntos disjuntos, cada uno a cargo de sus respectivos dfensores del purismo. Se encaminaba hacia un irrealizable proyecto nacional basado en el patriotismo campesino, ignorando las cifras del reparto demográfico. En los habitantes urbanos, lo de campesino se quedaba en excursionista, y punto.
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