La opinión de Ángel de la Fuente en El Periódico de Catalunya.
Los sucesivos gobiernos catalanes han conseguido llevar una vida relativamente cómoda a base de echar balones fuera: todos los problemas que puedan surgir son culpa de la insuficiencia de recursos a la que nos condena un sistema de financiación profundamente injusto. A la vista de las cifras que ofrecía en mi última columna, convendría quizá que el gobierno regional se plantease por una vez y sin que sirva de precedente la posibilidad de hacer un poco de autocrítica. Si con un nivel de financiación en torno a la media es incapaz de ofrecer unos servicios satisfactorios para sus ciudadanos, ¿no es posible que esté haciendo algo mal? ¿No será acaso que está dedicando demasiado esfuerzo y demasiados recursos a cuestiones identitarias que aportan poco o nada al bienestar de la población?
No es difícil encontrar ejemplos. ¿Para qué necesita una Administración regional una secretaría de asuntos exteriores, con red de embajadas y agencia de cooperación al desarrollo incluidas, con un coste anual de casi 90 millones de euros? ¿Es realmente necesario regalar escuelas a Francia cuando aquí tenemos más de 20.000 críos en barracones? ¿Por qué se subvenciona con el dinero de todos a entidades de carácter claramente político, empezando por Òmnium Cultural y la Plataforma Pro-Seleccions Catalanes? ¿No estará un pelín sobredimensionada una radiotelevisión autonómica cuyo presupuesto anual (500 millones en 2007) es más del 40% del de la comunidad autónoma de La Rioja?
Para que estas cosas y otras similares no detraigan recursos de los servicios que la Generalitat sí está obligada a prestarnos debería habilitarse una vía especial de financiación. Una buena opción sería un recargo voluntario sobre el IRPF para machadas identitarias. A ver cuánta gente pone la crucecita. Se admiten apuestas.
miércoles, 21 de enero de 2009
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