Hace años, el que podía, alardeaba de consumir productos de otros países. Más tarde lo bueno era lo de España, después lo de Catalunya, con el tiempo lo mejor estaba en nuestra ciudad...Y últimamente la calidad está en la calle donde vivimos. A este paso acabarenos todos con el huerto en casa y las gallinas en el balcón.
El mundo es muy grande y la mente de algunos muy pequeña...
jueves, 22 de enero de 2009
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