domingo, 27 de septiembre de 2009

El Quijote


...Y que es el Quijote que va a leerme mi madre en voz alta, y en el que va a enseñarme a mí a leer con el apremio de quien cree en la cultura como medio de progreso y prosperidad. Lee los capítulos del Quijote con voz de mujer de pueblo, y también con voz de niña que ha ido a la escuela republicana, y que luego se la han quitado. Mi madre lee el Quijote con la voz de los personajes del Quijote, que es la voz de la gente que conversa con quien le sale al paso en un camino o en un trayecto de autobús, y lo lee también con voz ligera de molino de viento, y con voz pausada de mula de manta, y con voz de queso y carne magra de quien ha pasado mucha hambre de pan, queso y carne, y asimismo con la voz llena de las claras ondas del viento del pueblo que avanza peinando lomas y barrancos...


"Los príncipes valientes"
Javier Pérez Andújar

sábado, 26 de septiembre de 2009

Para vivir en Catalunya...



Hay que acostumbrarse a tragar.

miércoles, 23 de septiembre de 2009

La vida es por naturaleza finita.


La vida es por naturaleza finita, por eso nos tenemos que cepillar al nacionalismo lo antes posible. Nos merecemos envejecer en una Catalunya libre.

martes, 22 de septiembre de 2009

Salam al català.



La Plataforma per la llengua y El Consell Islàmic Cultural de Catalunya han editado "Salam al català", un librito que explica algunos aspectos de la lengua catalana para acercarla a los que tienen el árabe como lengua.
Yo me pongo en la piel de un joven que viene desde Rabat hasta España, que viene a parar a Barcelona por pura chiripa, que hay muchas posibilidades de que mañana se tenga que ir a Zaragoza o a Albacete. Me parece a mí que este chaval lo que querrá aprender inmediatamente es el castellano y luego si definitivamente se instala en Catalunya, le interesará para abrirse más puertas, aprender catalán.

domingo, 20 de septiembre de 2009

viernes, 18 de septiembre de 2009

jueves, 17 de septiembre de 2009

Judici final



"Des del cim, el paisatge era bellísim. Asseguts al tronc d´un arbre caigut el contemplaven en silenci. Les pàtries, reflexionà en la intimitat Martínez. Cap en valia una vida. Però ell l´havia arriscada per Israel i Liam havia matat per Irlanda i l´havien condemnat a mort o a l´exili permanent per ella. Les pàtries ho devoren tot; implacables amb els errors dels seus fills penetren fins al moll de l´os de l`ànima, distorsionat o destruint tot allò que té de racional l´home."


Judici final, FERRAN TORRENT

miércoles, 16 de septiembre de 2009

Cuando las barbas de Flandes veas pelar, pon las tuyas a remojar. (II).


Según el diario Le Soir, la partición del país entre flamencos y francófonos costaría 7.200 millones de euros al año. En cambio, más eficacia por parte de las administraciones federales generaría ganacias de 14.000 millones de euros.

jueves, 10 de septiembre de 2009

Los pakistanís y el catalán.



Esta foto está hecha en la sede de la Asociación de Trabajadores Paquistanís de Catalunya. En la pared, en letras gigantes lo pone bien clarito: "A Catalunya es parla català". ¿Quién está manipulando a los inmigrantes', ¿Con qué dinero?

lunes, 7 de septiembre de 2009

Del latín a la tele


Carmen Rigalt en El Mundo


La primera palabra que se me atragantó del castellano fue «pies». Creía que los pies, como las tijeras, eran dobles por naturaleza y traté de formar un plural distinto. No reproduzco la palabra resultante para no dar ideas. El recuerdo de aquel aprendizaje es confuso, pero he logrado hilvanarlo a partir del relato que me han trasladado mis mayores, testigos de los hechos.

Lo que voy a contar puede ofender a más de uno, así que pido perdón por adelantado. Verán: soy bilingüe. Es decir, hablo dos lenguas. Mejor una que otra, aunque habrá quien piense que hago aguas por las dos. Aprendí a balbucear en catalán, lengua hecha de latinajos y localismos, de televisión y calle. No nos engañemos: más o menos como el castellano. Mi catalán era una mezcla del catalán de mi abuela y el catalán urbano, chusco, ofensivo, con acento abombado y abundancia de palabras adaptadas del castellano. Los catalanistas de la ceba (o sea, del núcleo duro de la cebolla) nos corregían las palabras de uso corriente que habían sido devoradas por el castellano.

Recuerdo las más emblematicas: bustia por buzón, entrepá por bocadillo, endoll por enchufe y cognom por apellido. Hacíamos mucha broma con esas palabras porque sonaban impostadas y nadie las pronunciaba sin ruborizarse. La política lingüística tuvo que emplearse a fondo para hacer frente a aquellos pudores y empezar practicamente de cero.

Fruto de los primeros años de normalización fue un catalán tan extraño que parecía otro idioma. El catalán de la tele, lo llamaba yo. Se caracterizaba por una presencia exagerada de endolls, cognoms, entrepás y bustias, pero también por la irrupción de vocablos irreconocibles. Los linguistas se aplicaron a fondo y no pasaban una. Una vez cortaron una grabación de TV3 en la que yo participaba porque, según ellos, había deslizado un barbarismo. Consultado el diccionario no resultó ser tal barbarismo, sino una palabra del catalán más clásico: el de mi abuela. Con los años, el catalán de mi abuela ha caído casi en el olvido, pues la cotidianidad me ha llevado a nombrar cosas diferentes a las que entonces formaban partes de nuestras vidas. Eso sí: me ha servido para leer a Pla, disfrutando de la riqueza de sus adjetivos.

Cunden ahora los desplantes hacia la política lingüística de la Generalitat. Exageran, sin duda. Pero de la misma forma que yo pude leer a Pla en catalán, me gustaría que los catalanes del futuro pudieran leer a García Márquez en castellano.

jueves, 3 de septiembre de 2009

Cuando las barbas de Flandes veas pelar, pon las tuyas a remojar.


Flandes ha reavivado el endémico conflicto regional que fractura Bélgica con una nueva legislación polémica, que restringe la adquisición de suelo para uso residencial a los habitantes de la región, con el objetivo de frenar lo que se considera una creciente "invasión" francófona de su terrirtorio.
Resumiendo, es como si a un sevillano le pusieran problemas al comprar un apartamento en Salou. De momento en Catalunya no hemos llegado a esta locura, pero cuando veas las barbas de Flandes pelar, pon las tuyas a remojar.

miércoles, 2 de septiembre de 2009

El técnico normalizador


Jesús Royo en La Voz Digital




En esta comedia de la Normalización Lingüística (NL), juntamente con el profesor de catalán hay otra figura estelar: el técnico normalizador (TN). Si la figura del profesor es dramática, la del TN resulta francamente patética.

El TN es el nacionalsociolingüista por excelencia. Vive firmemente convencido de que bajo su acción se esparce el principio luminoso de la catalanidad, y todo el tejido social queda impregnado benéficamente de él. Comienza el día empuñando el maletín lleno de prospectos, trípticos y datos estadísticos, donde se cantan las excelencias de la NL. Con paso firme y decidido se va a hacer la visita del día, venga. Hoy quizá toca alguna industria, un comercio o alguna entidad cultural o deportiva. El objetivo no puede ser más loable: normalizar la entidad, hacer que abandone el castellano y se pase al catalán. ¡Santa y noble misión! ¡Admirable tenacidad, meritoria insistencia, la del TN!

¿Cómo se debe vender la NL? ¿Qué argumentos se deben utilizar, qué estira-y-aflojas se deben producir, con qué resistencias se deben encontrar? Me imagino el hilo conductor de la argumentación: “el castellano es el pasado, la rutina, la prehistoria; el catalán es la innovación, el prestigio, el futuro”. Si el empresario resulta escéptico en el terreno de los principios, el TN pisa el acelerador: “el cambio de lengua se asociará a una imagen nueva más dinámica y solvente. Sin duda –las estadísticas lo demuestran– eso incrementará las ventas”. Y finalmente está el apoyo decidido del Govern de la Generalitat, en forma de programas informáticos gratuitos, renovación gratuita de carteles e impresos, subvenciones, líneas preferentes de crédito, exenciones de tributos y rebajas varias. Y para rematar la jugada, si es preciso, siempre se puede ofrecer una condecoración acreditada: por ejemplo, una Creu de Sant Jordi. Definitivo.

Delante de argumentos tan convincentes, el empresario que no se normaliza bien puede ser catalogado como 'empresario recalcitrante' en la base de datos correspondiente. Podría, llegado el caso, ser objeto de otra clase de presiones, en forma de adhesivos y pintadas alusivas a su fervor nacional más bien escaso.
Pero eso es excepcional. Normalmente, todas las empresas se suman con entusiasmo a la causa. “He visto la luz”, declara el empresario normalizado, mientras se le pone cara de budista devorador de zanahorias, radiante de felicidad y de reencuentro consigo mismo. El TN vuelve al Consorcio con la mirada serena, el mentón decidido y la sonrisa en los labios por la satisfacción del trabajo hecho. Hemos cubierto otro objetivo, hemos dado un paso al frente. En la lista de empresas ya tenemos otra con la C de catalanizada. Éxito.