lunes, 30 de marzo de 2009

Inocencio Arias


Declaraciones del Cónsul de España en Los Ángeles, a la revista ELLE:


"La bandera española es como un traje regional: no se puede sacar a la calle todos los días del año. Y no sacarla nunca por temor al que dirán me parece inconcebible, y realmente de cobardes".

Ainhoa Arteta


Declaraciones de la soprano, a la revista ELLE:

"En los momentos de crisis pasa como en las caídas, lo más gratificante es saber levantarse. Yo pienso que ahora España está llena de gente con muchas ganas de superarse, de avanzar, de crecer y de aportar".

Himno

Una reflexión del periodista y escritor Joan Barril.

Junto al río Kavango, un grupo de hombres y mujeres cantan junto al fuego. Les miro y doy palmas con su ritmo. Interpretarán el himno de su país y me invitan a ponerme en pie. Con la mano en el corazón, dicen cosas incomprensibles. Me siento extraño. Aflora un respeto que nunca he tenido para mi propio himno. No hay aplausos. Era un canto a la tierra. Somos, luego cantamos.

Jorge Edwards.


.Jorge Edwards, el escritor chileno ha estado recientemente en Barcelona presentando su última novela "La casa de Dostoievsky", premio Planeta-Casa América.
.Se le ha preguntado por los seis años que vivió entre Barcelona y Calafell y él ha declarado:


.Me gusta estar en ciudades donde entiendo el idioma. Entonces todos me hablaban en castellano, hoy en catalán, que he olvidado. Cuando esto sucede, la ciudad se transforma. Para mí se me hace difícil esta Barcelona nacionalista, porque yo desconfío de todos los nacionalismos.

Almudena Fernández.


Declaraciones de la modelo, Almudena Fernández, a la revista ELLE:

"Vivo en Nueva York y he comprobado que a los extranjeros les encanta estar rodeados de españoles por toda la energía que transmitimos. Allá donde vamos miramos la vida con una sonrisa, y eso lo transforma todo"

Alaska


Declaraciones de la cantante a la revista ELLE:

"Si niegas una bandera te persigue su sombra; si juegas con ella te puedes cargar todas sus connotaciones".

David Villa


Declaraciones del futbolista a la revista ELLE:

"Si algo tenemos los españoles es sangre en las venas y casta. Faltaba la guinda del fútbol para unir a todo un país. Sólo cuando regresamos a Madrid tras la Eurocopa fuimos conscientes de lo que habíamos hecho".

Tamara Rojo


Declaraciones de la bailarina en el último número de la revista ELLE:

"Es un orgullo llevar el nombre de mi país por los mejores escenarios del mundo. Con sus contradicciones, con su alegría, con su drama, con su pasión. España desde fuera me duele tanto como la añoro...".

Iker Casillas: Los españoles somos la leche.


Palabras del futbolista que encontramos en el último número de la revista ELLE:

"Me sigue poniendo la piel de gallina escuchar nuestro himno. Los jugadores sentimos la gran responsabilidad de defender nuestro país y a toda la gente que está siempre apoyándonos"..."Los españoles somos diferentes a todos, nos lo pasamos pipa, sabemos disfrutar. ¡Somos la leche!

domingo, 29 de marzo de 2009

Antonio Banderas


Declaraciones del actor malagueño a la revista ELLE:

"En 1982 fui al concierto de los Rolling Stones y me quedé en shock cuando Mick Jagger salió al escenario con la bandera de España en el cuello. Ese día pensé que las cosas estaban cambiando"..."Hace 20 años ya pensaba que España debía sacudirse el complejo de inferioridad. Hoy hemos construido algo muy hermoso, y si creemos en ello será todavía mejor".

Silencio.

Una reflexión del periodista y escritor Joan Barril:

La autoridad política se basa en hablar en voz alta. Cuando no se dice nada ante un problema colectivo, habrá poder pero no hay autoridad".

Iñaki Gabilondo


Declaraciones del peiodista a la revista ELLE: "Nuestra juventud y nuestro deporte no han tenido tiempo de envenenarse con roñas, telarañas y sentimientos trágicos de la vida...Es entonces cuando ha salido la sonrisa Profidén sobre nuestra identidad".

La vida de un ciudadano libre ante el nacionalismo.

Siempre haciendo equilibrios...siempre ante el peligro de caer al abismo.

Símbolo de convivencia.


Un artículo de Elvira Lindo:

En mi vida he llevado una bandera en la solapa; por supuesto, no se me ha ocurrido colocarla en ningún lugar de mi casa, ni he sentido orgullo cuando la he visto izar en un acto oficial. Parte del año vivo en un país, Estados Unidos, en el que la bandera está omnipresente: en casas particulares, en restaurantes, en jerséis, en miles de souvenirs, en abriguitos de perro, en abrigitos de niño. Siempre he entendido este abuso como un signo del exagerado nacionalismo americano mezclado con una incurable excentricidad. Aunque nadie señala a nadie por vestir la bandera. A muchos americanos puede parecerles hortera ese exhibicionismo pero pasan de él de la misma manera que miran sin mirar al individuo que se pasea por Broadway con una serpiente enroscada al cuello. Respeto máximo a las extravagancias ajenas. Aquí, desde luego, distamos mucho de ser así. Estamos acostumbrados a ejercer nuestro juicio crítico (o criticón) a cada momento, y cuando vemos que un ciudadano luce la bandera española, aqunque sea en un objeto tan discreto como el llavero, inmediatamente creemos saber de qué pie cojea. La bandera española no tiene una imagen normalizada en nuestro país, y creo que los que dificultan esa normalización son los que, por un lado, la exhiben de forma amenazante, y por otro, los que la detestan. Vivimos en un país democrático y, por tanto, ambas posturas son respetables, pero creo que el nivel de crispación innecesario que provoca la bandera descendería si fuéramos capaces de entenderla como lo que es, el símbolo de una comunidad de ciudadanos, es decir, un símbolo de convivencia. De la misma manera que la presencia de la banderaza roja y amarilla en la plaza de Colón me parece invasiva y antiestética, no he entendido tampoco los problemas que ciertos políticos nacionalistas tenían en hablar con la bandera de España a sus espaldas cuando estaban en alguna institución española en el extranjero; me parecía desleal con el estado que les ampara.
Creo que la gran lección de normalidad con respecto a la bandera española la han dado nuestros deportistas y sus seguidores, gente en su gran mayoría muy joven. El triunfo de la selección española de fútbol en la Eurocopa fue una experiencia definitiva. Se trataba de un juego y de una celebración. Es cierto que hay espíritus simples que sienten que su espítitu patriótico se enciende en esas ocasiones pero, en general, se trató de la alegría que provoca el triunfo en una competición (y lo digo yo, que también me siento lejos de las alegrías colectivas).
Treinta años después del fin de la dictadura me gustaría que la bandera española se viviera como un símbolo democrático, nada más que eso. Para mí es suficiente. No hace falta que esos dos colores contengan un sentido "identitario", ni cultural, ni tan siquiera histórico, sino que sean el síntoma de que en nuestro país, personas de muy distinto signo, patrióticas o no, pueden convivir civilizadamente.

Puxa Bable.

El sinsentido se propaga con mucha más rapidez que la razón.



Los niños son el futuro.

A este niño sus padres le acaban de contar que votaron al PSC pensando que era lo mismo que el PSOE.

martes, 24 de marzo de 2009

Enrique Cerezo.


Parte de la entrevista al Presidente del Atlético de Madrid, publicada ayer en El Mundo:


Pregunta: ¿A usted cuántas selecciones le caben en España?

Respuesta: Sólo una: la española. La única y verdadera. Las selecciones autonómicas son manipulaciones políticas. Ver jugar a alguna es como ver un partido de Tercera regional.

P: Si es más que un club, ¿a qué juega el Barça?

R: Futbolísticamente, está jugando muy bien. Políticamente, no lo sé. Y tampoco me importa.

P: ¿Cuánto dinero desenterraría usted para hacer una película sobre las fosas de Franco?

R: Yo, que he hecho muchas películas de la Guerra Civil, nunca haría una sobre las fosas. Eso es desenterrar la parte humana de la Guerra. La gran película sobre la Guerra está por hacer. Imagino una historia de dos horas y media, dirigida por cinco directores de distintas ideologías que compondrían cinco skechts unidos por un guión continuo. De ahí saldría la verdadera historia de la Guerra Civil.

P: Ahora yo soy Zapatero, ¿de acuerdo? Enrique, de presidente a presidente, ¿qué he hecho yo para merecer esto?

R: Pues has hecho lo que has querido: ser presidente del Gobierno. Cada uno tiene lo que se merece, José Luis. Pero en una nación como la española, en la que quieren que haya 17 presidentes iguales que el presidente, tu labor es complicadísima. Quieren que haya 17 naciones y 17 embajadas por el mundo… Hay que ser un maestro y tener mucho arte para controlar todo eso.

Del mismo tipo.


Una reflexión del escritor Josep Maria Espinàs.


Quizás algunos médicos deberán reconvertirse en pediatras. Por suerte, todos los niños -rumanos y marroquís, tortosinos y ampurdaneses- tienen hígado, amígdalas, estómagos y pulmones del mismo tipo.

Nacionalismo parasitario.

El nacionalismo es como un parásito que muchos llevan dentro...Cuando sale a la luz es el final.

Yo no quiero sufrir.

El final de un artículo de Joan Barril:


Ni La Roja me quita el sueño ni puedo suscribir un lema tan absurdo como "Volem patir". Mis sufrimientos, que los hay y los habrá, espero poderlos ofrecer a causas más serias. Porque el deporte es serio, pero su instrumentalización nos infantiliza a todos. Esa es la bondad profunda del juego, la que devuelve a los adultos al estado espontáneo y virginal de la infancia. Pero cuando la burocracia, la paranoia de las federaciones españolas y la hipersimbología catalana se ceban en el deporte, entonces es que ya no somos ni vírgenes ni niños.

Dos es demasiado.


Un artículo de David Trueba, donde dice: "la mejor manera de deshumanizar a las personas es convertirlas en grupos, en naciones..."

Nunca había entendido por qué los chalets adosados me provocaban tristeza. ¿A ustedes les pasa? Semanas atrás acompañé a un amigo a visitar una de esas cosas que los urbanicidas modernos llaman "nuestros barrios". Estaba en el extrarradio de una gran ciudad y gracias a un desarrollo rápido y eficaz ahora es un conjunto de calles y chalets rabiosamente nuevos. La mayoría de ellos, como están construidos con materiales baratos y cero amor, pronto mostrarán la decadencia torpe de lo mal hecho: azulejos que se caen, humedades, mampostería nada fina, ventanas mal ubicadas, problemas de aislamiento. Pero ésas serán humillaciones con las que tendrán que apechar los futuros inquilinos. Nuestro interés no era más que estético. Démonos un paseo por un nuevo barrio cuando todo era fantasmal, inhabitado. Nos pareció algo así como una exposición de ataúdes, donde a uno le dan ganas de meterse, hasta tal punto les falta algo sin el muerto dentro.
Cuando nos alejamos para poder mirarlo con perspectiva, le confesé a mi amigo la tristeza que me invadía al ver tantas casas, creo que era cerca de 600, absolutamente iguales las unas a las otras. Mi amigo me dijo: "Eso es normal. ¿Cómo no te va a entristecer algo idéntico? es contrario a lo humano". Entonces mi amigo me explicó lo que yo, ignorante absoluto, nunca había comprendido: "La naturaleza no ofrece dos cosas idénticas. Jamás dos animales o dos árboles son iguales. Nunca una nube es igual a otra. Por supuesto una concha de mar o una colina no tienen gemela. Porque lo idéntico es antinatural. Pregúntale a un gemelo si cree que su hermano es igual a él. La diferencia es la belleza".
Claro, comprendí por qué los labios de serie o las tetas y narices postizas nunca me parecen bellas. Comprendí la tristeza que me invade al mirar esos grandes bloques de viviendas todas iguales cuando uno siente que cada una de ellas debería responder a unas necesidades o un detalle particular. Entendí que por más que se empeñen nunca podremos ser idénticos los unos a los otros. Por eso la mejor manera de deshumanizar a las personas es convertirlas en grupos, en naciones, en asociaciones, extirparles aquello que los hace únicos. Por eso siempre me he rebelado contra los totalitarismos, contra los uniformes, contra la tuna y la peña, porque nunca he querido renunciar a ser un tipo solo que se junta con otros tipos solos. por eso el hecho de construir 600 casas idénticas contribuye a la deshumanización, es una especie de despreciativa oferta. Es el botellón urbanístico. La versión risueña y amabalísima de los barracones.
Tiene gracia descubrir tan tarde que las personas nos rebelamos contra la uniformización, la fabricación en serie y la imitación porque es algo que llevamos en nuestra naturaleza. Una rebelión, otra, en la que vamos perdiendo por goleada. ¿Nos obligarán finalmente a amar lo que debemos despreciar?
Yo creo que nos pasa un poco como a los peces en el acuario. Podemos llegar a ser felices en nuestra urnita de un salón acogedor, pero siempre y cuando nunca jamás sepamos de la existencia del mar.

dedicado a todos los que se ríen de los extranjeros.

En este video vemos a una española en el casting del Factor X británico. El cachondeo que provoca da que pensar.


Penélope, una española en el British X-Factor